Con la edad hay mayor riesgo de tener alteraciones en el metabolismo de los carbohidratos (azúcares) y un diagnóstico de diabetes podría pasar inadvertido. La diabetes en jóvenes se presenta con mucha sed, pérdida de peso, orina abundante y apetito aumentado. En un adulto mayor esto puede ser diferente.
Si la persona es diabética se debe medir la glucosa tantas veces sea necesaria hasta encontrar su control adecuado, especialmente si recibe insulina como tratamiento. Una persona diabética debe tener menos de 140 mg/dl de glucosa en ayunas y menos de 180 mg/dl a las 2 horas después de cualquier alimento.
El control de la diabetes incluye medicamentos, ejercicio, dieta y cambios en el estilo de vida. Tres comidas al días, en ocasiones con 2 refrigerios balanceados entre comidas, una hora diaria de ejercicio aeróbico, chequeos médicos frecuentes y una buena actitud ante la enfermedad.
Eviten al máximo los carbohidratos simples: refrescos, jugos, harinas, panes, cereales de caja, dulces, mermeladas, mieles, cualquier tipo de azúcar, frutas muy dulces. Eviten caer en la tentación de consumir productos “light” o “bajos en calorías” sin hacer modificaciones reales a la dieta.
Si la glucosa es mayor de 400 mg/dl se debe acudir al médico. En el camino tomar al menos 1 litro de agua natural. En ocasiones es necesario utilizar insulina. Las causas suelen ser un mal apego al tratamiento, una ingesta excesiva de carbohidratos o una infección que altere el metabolismo de la glucosa.
Cuando la glucosa disminuye a menos de 60 mg/dl aparecen datos de hipoglucemia: temblor de manos, sudoración fría, apetito aumentado, nerviosismo, taquicardia, confusión mental. Para controlarla se debe ingerir carbohidratos simples: miel, un refresco, leche con azúcar y avisar a su médico.
Un paciente diabético no debe traer los pies sucios ni asearlos con agua muy caliente, tampoco dejar humedad entre los dedos. Evitar también frotar el pies cuando los seca, cortar las uñas en forma circular, caminar descalzo, usar calzado muy apretado o de tacón alto.
Una persona diabética debe cuidar sus pies: lavarlos diario con agua tibia, secarlos con toalla suave sin olvidar los entre dedos; cortar las uñas en forma recta (cuadrada); humectarlos en caso de resequedad; usar zapato cómodo, siempre con calcetines que sean de algodón.
Las complicaciones de la diabetes pueden ser en la vista (retinopatía, cataratas), en el corazón (cardiopatía), en los nervios de pies (neuropatía periférica), en los intestinos (neuropatía visceral), en el estómago (gastroparesia), en los riñones (nefropatía), en el cerebro (demencia).
Ahora lo sabes, conoce tus cifras de glucosa. Ya en otra ocasión hablaremos de las cifras de hemoglobina glucosilada, colesterol, triglicéridos, creatinina, proteinuria, etc. Por ahora y sin el afán de agobiar te pedimos que ya no le pongas azúcar a tu café.