“Violenta el que está siendo violentado, por alguien más o por sí mismo”
La violencia en la vejez existe porque hemos perdido el significado de nosotras y nosotros mismos, la raza humana perpetúa su descomposición a través de no hacerse responsable de sí, no aceptarse, no conocerse, no sentirse, al dejar de vivirse.
Conocer la historia que nos ofrecen nuestros viejos es una herramienta poderosa para crecer, para trascender, sin embargo la ignoramos y vivimos ésta violencia epistémica “borrando a la otra y al otro” principalmente de nuestros círculos más cercanos, esta responsabilidad no es ignorada únicamente por las nuevas generaciones, algunos de los viejos han perdido interés en compartir, dejando de hacerse responsables de su propia existencia y así seguimos creciendo esta bola de nieve que lastima al anciano y al joven.
Es momento de reaccionar por nuestras nuevas generaciones por nuestra historia, pensar y aprender de nuestro pasado nos dará herramientas para construir un mejor futuro.
La violencia en la vejez es generada por el propio adulto mayor al rechazarse, negarse y lo escuchamos con algunas de estas frases “Ya para qué”, “Yo ya no”, “A mi edad” y escuchamos o vemos a nuestra sociedad excluyendo y remarcando la lentitud que pueden tener nuestros viejos atropellando con la prisa del homo faber, diseñando casas como si nunca fuéramos a envejecer (al negar nuestra proceso vital) y escuchamos frases de nuestra sociedad como “Ya no puedes hacer eso” “Dame, yo llevo tus cuentas, tú ya no puedes”, “Sí mamá, pero ya son otros tiempos”, “Se está volviendo como un niño”, que importante hacer consciencia que ante estos actos y palabras no sólo los descalificamos a ellos, sino a nosotras y nosotros mismos.
¿Cómo erradicar esta violencia? Conociéndonos, aceptándonos, valorándonos para así poder vivir sanamente y poder compartirnos con las y los otros.
Te invitamos a escuchar la entrevista sobre violencia en la vejez en donde la autora Irais Bonilla habla más a detalle sobre este tema tan controversial. Escucha aquí.