El término delírium hace referencia a un estado de confusión mental agudo, es decir, que aparece repentinamente en la persona y que se caracteriza por su incapacidad de enfocar, dirigir y mantener la atención.

Al ser un problema bastante común en adultos mayores, es importante abordar sus causas, factores de riesgo, tratamiento y sobre todo, cómo prevenirlo.

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Presenta el Dr. Juan Pablo Ledesma Heyer, Médico Internista y Geriatra. Para hablar del tema, la Dra. Brenda Pérez Cerpa y el Dr. Arnoldo Muñoz Nevárez, ambos Médicos Internistas Geriatras, con Especialidad en Salud Mental, nos acompañan y resuelven diversas dudas acerca de este trastorno. Imagen por Candid_Shots.

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Qué es el delírium

El delírium es un trastorno muy común en geriatría. Por lo general, una persona que presenta delírium suele estar desorientada en tiempo, lugar y persona: es común que no ubique qué fecha o día o de la semana es, en qué lugar se encuentra o quiénes lo rodean.

Puede presentarse junto con una enfermedad psiquiátrica (por ejemplo, alzheimer o demencia), el delírium es un estado de confusión mental que aparece de manera repentina (la persona no suele tener este comportamiento) y que por lo general es reversible una vez que se atienden las causas.

Factores de riesgo para que se presente el delírium

El delírium puede aparecer por la presencia de una enfermedad neurológica de base o como consecuencia de un desequilibrio en el cerebro que ocurre cuando otros sistemas u órganos del cuerpo están afectados, por ejemplo, ante la presencia de una infección o por la intoxicación con diversas sustancias (incluyendo fármacos).

Diversos factores hacen más propensa a una persona de presentar delírium:

  • Ser mayor de 75 años.
  • Tener una enfermedad neurológica de base (por ejemplo, demencia)
  • Ser consumidores de alcohol u otras sustancias tóxicas.
  • El consumo de ciertos medicamentos.
  • Tener algún tipo de deterioro cognitivo o sensorial (no escuchar bien o no ver bien).
  • Contraer alguna enfermedad, por ejemplo, una infección como neumonía
  • Algún problema renal.

Por lo general, una combinación de estos factores da lugar al delírium.

Causas más comunes de delírium

En geriatría, las causas más comunes del delírium son las infecciones, particularmente de orina o de las vías respiratorias y las alteraciones hidroelectrolíticas, por ejemplo, en los niveles de sodio o magnesio en el cuerpo.

Otra causa bastante común de delírium en adultos mayores es el uso de ciertos medicamentos, por ejemplo, el uso de benzodiacepinas que suele recetarse para mejorar el sueño o la interacción de fármacos.

¿Cómo diagnosticar el delírium?

Se distinguen dos tipos de delírium según los cambios en la conducta que se observa en la persona:

Delírium hiperactivo

La persona de pronto tiene mucha agitación, habla mucho, se mueve mucho, se le ve inquieto.

Pueden platicar cosas fuera de la realidad o sin mucho sentido.

Delírium hipoactivo

La persona empieza a dormir mucho, lo que altera su ciclo de sueño-vigilia y puede dejar de comer o de tomar agua, por lo cual este trastorno es más peligroso.

Además, suele ser más difícil de detectar, ya que a veces se cree que son conductas “propias del envejecimiento”.

En cualquiera de ambos casos (delírium hiperactivo o hipoactivo), estas conductas aparecen de manera imprevista y es importante que las personas cercanas no asuman que son “por la edad”.

Es necesario reportarlo ya sea con el médico de cabecera o con un especialista, como puede ser un geriatra o un neurólogo.

Asimismo, algunos ejercicios que requieren de cierta capacidad atencional pueden hacerse en casa para ayudarnos a identificar un posible estado de delírium en la persona.

Generalmente en estos ejercicios se le pide a la persona que nombre alguna secuencia conocida en orden frontal e inverso. Por ejemplo, que recite los días de la semana o meses del año, en orden progresivo y después al revés.

Otra opción es pedirles que nos reciten el orden de pasos de una receta de cocina que ellos conozcan bien. Si notamos que les cuesta trabajo seguir el orden, ya sea en uno o ambos sentidos, podemos sospechar de delírium.

¿Cómo se trata el delírium?

Para tratarlo, lo más importante es identificar y resolver lo que está causando el delírium.

Por ejemplo, si se debe a la presencia de una infección como neumonía, entonces se debe atacar la infección.

Si se sospecha que la causa es una sustancia tóxica o medicamento, se debe retirar su administración o sustituirlo por otro (en caso del medicamento).

Es importante también que los médicos tomen en cuenta qué fármacos toma el paciente a la hora de querer introducir alguno nuevo para evitar interacciones medicamentosas.

Prevención del delírium

En personas con riesgo de presentar delírium se pueden tomar diversas medidas:

  • Procurar que la persona tenga un buen patrón de sueño: tratando de que no interrumpa el sueño en la noche e incluso dejando ventanas abiertas durante el día para ayudar a mantener el ciclo sueño-vigilia.
  • Que esté bien hidratado.
  • Mantenerlo orientado en el espacio y tiempo.
  • Promover que la persona se mantenga activa.
  • Mejorar los déficits sensoriales, por ejemplo, si tiene problemas de vista, que siempre use sus lentes, o si tiene problemas de audición que siempre use sus auxiliares auditivos.
  • Evitar situaciones de estrés.

Es importante que el delírium se detecte a tiempo ya que está indicando una situación que compromete la salud de la persona y que está alterando el equilibrio en su función cerebral.

Se sabe que el delírium aumenta el riesgo de mortalidad y el grado de institucionalidad (llevar a la persona a casas de retiro o asilos).

No olvidemos que cambios repentinos en la conducta de nuestros seres cercanos, en particular de nuestros adultos mayores, no son normales (“por la edad”) y pueden estar indicando un problema de salud subyacente que entre más rápido se detecte, más fácil será tratarlo y mejor será el pronóstico.