Por: Dr. Juan Pablo Ledesma Heyer (Médico Internista y Geriatra)

Un control inadecuado de una enfermedad crónica, así como ciertas respuestas del cuerpo ante agentes internos o externos (como una diarrea, fiebre o crisis convulsiva) pueden suponer una urgencia médica en un adulto mayor, ya que ponen en riesgo a la persona de sufrir complicaciones graves de salud que pueden conducir a la muerte o a un estado permanente de discapacidad.

Desde luego, ante un accidente automovilístico, traumatismo, caída o cualquier eventualidad en la que nuestro adulto mayor presente lesiones (o posibles lesiones, ya que en ocasiones no se ven a simple vista) o pérdida de sangre, se debe atender a la brevedad.

A continuación, se mencionan algunos estados fisiológicos o mentales que deben atenderse de inmediato en ancianos, y las medidas que se pueden tomar en casa mientras se recibe atención medica.

Cabe recalcar, que aún si logramos controlar estos signos en casa, siempre se deberá buscar la atención médica a la brevedad.

Índice

Hiperglucemia

La elevación de glucosa mayor de 400 mg/dl puede requerir atención médica urgente. Si puede tomar líquidos por la boca, se deberán dar 2 litros de agua natural y volver a checar la glucosa en 1 hora. Si persiste elevada, llame al médico pues la hospitalización o el uso de insulina pueden ser necesarios. La hiperglucemia es más común en personas que padecen diabetes, por lo cual, es importante vigilar de manera regular sus niveles de glucosa en sangre. No obstante, también puede ocurrir una elevación de la glicemia por otras causas en personas no diabéticas, por ejemplo, por efecto de algún medicamento o por ciertas enfermedades crónicas.

Hipoglucemia

Caso contrario a la hiperglucemia, cuando la glucosa en sangre disminuye a menos de 60 mg/dl  aparecen signos de hipoglucemia: temblor de manos, sudoración fría, apetito aumentado, nerviosismo, taquicardia y confusión mental. Para controlarla se deben ingerir carbohidratos simples a la brevedad: miel, un refresco, dulce o leche con azúcar y avisar a su médico para determinar las causas. En ocasiones, el tratamiento para diabetes puede causar hipoglucemia, pero también otros medicamentos, así como problemas hormonales, hepáticos o renales.

Hipertensión

Una presión arterial elevada, mayor de 160/100 puede ser peligrosa. Se debe tranquilizar al paciente, recostarlo y llamar de inmediato al médico. Puede funcionar dar enalapril 10 mg debajo de la lengua y otra de 10 mg tomada. Si no mejora, será necesaria la hospitalización para su control y determinación de las causas.

Fiebre

Algunos ancianos no presentan fiebre sino una elevación de tan sólo 1 °C sobre su temperatura basal. Esto puede ser por una infección. Por lo tanto, es importante medir la temperatura de la persona rutinariamente, sobre todo si presenta confusión mental. La temperatura normal es de 36.5°C, hay febrícula cuando es de 37.3 a 37.6 °C y se considera fiebre cuando es mayor de 37.7 °C.

Existen medicamentos y medios físicos para disminuir la temperatura: descobijar al paciente, tener una habitación ventilada, colocar un paño húmedo en la frente, axilas, abdomen y detrás de las rodillas. Medicamentos como el paracetamol, aspirina, naproxeno y metamizol ayudan a reducir la fiebre, sin embargo, es necesario pedir primero autorización al médico de cabecera. También es importante mantener a la persona hidratada con suero oral.

Delirium

El cambio repentino del estado mental en donde hay desorientación, falta de atención y alucinaciones que son fluctuantes, se conoce como delirium. Es una urgencia geriátrica ya que se debe a una alteración cerebral que se desencadena comúnmente por infecciones, deshidratación y sodio bajo, pero puede también ocurrir por un infarto o apendicitis, entre otras.

El delirium puede ser hipoactivo (somnolencia excesiva, quietud) o hiperactivo (insomnio, agitación, agresividad, habla constante) y se debe actuar rápidamente para hacer exámenes generales y que lo revise un médico. Si es una situación crónica se puede pensar en un cuadro de demencia.

Diarrea

Lo más grave de una diarrea es la deshidratación. Se deben reponer todas las pérdidas de líquidos con una cantidad similar de agua o suero oral (agua de limón con sal puede funcionar). Se recomienda no asear a la persona con papel de baño, sino con agua para no irritar la zona perianal, y no dar medicamentos que disminuyan los movimientos intestinales. Hay que hablar con el médico para conocer la causa de la diarrea, pero lo más importante es cuidar la hidratación.

Mientras haya diarrea se deben evitar alimentos derivados de la leche o irritantes por la grasa, especias y picantes que tengan. Preferiblemente se deben consumir alimentos astringentes como el yogurt natural, zanahoria, arroz, manzana, plátano, pan tostado, té negro, carnes magras, puré de papa, huevo cocido o agua de limón. 

Convulsiones

Una crisis convulsiva puede causar golpes, mordedura de lengua y atragantamiento. En caso de presenciar un evento convulsivo, lo más importante es proteger la vía aérea y la cabeza de la persona: poner una almohada gruesa en la cabeza y girarla de lado ligeramente. Notificar de inmediato a su médico.

Hipotermia

Llamamos hipotermia a la disminución de la temperatura corporal (o enfriamiento, cuando la temperatura baja de 35 °C). Puede ser mortal, especialmente en personas que se caen y permanecen en el suelo por más de 12 horas. Para contrarrestar, ofrezca bebidas calientes, bañe a la persona en agua caliente y abrigue inmediatamente incluyendo cabeza, manos y pies.

Vómitos

En caso de vómitos se deberá evitar la ingesta de alimentos, únicamente suero oral para evitar la deshidratación. No desatienda a alguien que tuvo un vómito pues se puede repetir y puede broncoaspirar (aspiración accidental de líquidos o sólidos por la vía aérea). La meclizina o el difenidol inyectados (consulte a su médico para saber la dosis) pueden calmar los síntomas mientras acude a consulta.

Deshidratación

Podemos observar deshidratación en una persona que no bebe líquidos, que orina frecuentemente, tiene diarreas, usa diuréticos o que no se descubre en días muy calurosos. Una persona deshidratada puede presentar confusión mental, somnolencia, lengua seca, orina escasa y piel menos elástica.

La deshidratación puede llevar a una elevación de urea, creatinina y ácido úrico en la sangre. Cuando es severa, puede provocar la pérdida total del conocimiento e incluso la muerte. Para contrarrestarla se deben tomar 30 ml de agua por cada kg de nuestro peso. También se puede preparar un suero oral casero: 1 litro de agua natural, 1 cucharadita de sal, 2 cucharadas de azúcar, jugo de 1 limón, y beber en sorbos.

Estreñimiento severo

En caso de estreñimiento severo se debe dar al menos 1.5 litros diarios de agua natural a la persona, así como alimentos laxantes (papaya, ciruela pasa, leche, té de hoja sen, entre otros), un masaje abdominal y promover la caminata diaria. Los supositorios de glicerina pueden ayudar, pero es conveniente avisar primero al médico.

Puede presentarse también un problema de impactación fecal, que es la obstrucción rectal por excremento duro, seco y voluminoso. Por lo general requiere laxantes jabonosos aplicados con enemas (“lavativas”) o incluso introducir un dedo enguantado y lubricado para extraer manualmente las bolas duras de excremento. El médico le podrá orientar en esta situación particular.

Disartria (trastorno del habla)

Cuando una persona no puede hablar repentinamente (disartria) representa una urgencia médica, ya que puede deberse a un evento vascular cerebral, deshidratación severa, sodio bajo, una  infección urinaria, hipotiroidismo, un efecto adverso de medicamentos u alguna otra alteración. Si la persona no puede deglutir líquidos es aún más grave el cuadro.

Conclusión

En esta entrada se mencionan diversos signos clínicos en adultos mayores que deben considerarse como una urgencia médica, ya que ponen en riesgo su integridad física y su vida.

Es importante estar atentos ante cualquier estado fisiológico alterado (vómitos, fiebre, diarrea, hipotermia, confusión mental, entre otros), de manera particular en personas de edad avanzada, ya que pueden significar un problema subyacente de salud severo, que va desde una infección, hasta un descontrol de una enfermedad crónica que puede llevar a una severa descompensación fisiológica. Si bien se mencionan algunas medidas a tomar de manera inmediata en casa (mientras se recibe atención médica), es importante que aún si logramos controlar dichos signos, se busque de inmediato la valoración de un especialista en salud. Cuando se trata de un cuadro de delirium o convulsiones, la necesidad de recibir atención médica de urgencia es aún mayor.

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