Estás seguramente cansado del mismo discurso de todos los médicos en el mundo : es bueno comer frutas y verduras. Y es que, aunque tu mamá haya hecho que odiaras los vegetales sirviéndote un brócoli como postre, ella tenía razón también.

Recientemente se publicaron los resultados del Chinese Longitudinal Healthy Longevity Survey, estudio poblacional donde se reclutaron casi 9000 chinos mayores de 80 años y en donde se pudo observar que no es la dieta basada en trigo o en arroz lo que marca la diferencia, sino el mayor consumo de frutas y vegetales lo que hacía vivir más a las personas.  Entre más frutas y vegetales, menos mortalidad. Sin embargo, si dichos vegetales eran preservados en sal (salazón, conservas, salmuera) el riesgo de mortalidad aumentaba un 10%. También sabíamos ya que el consumo excesivo de sal aumenta el riesgo global de enfermedades cardiovasculares.

Es importante aprender a incluir frutas y verduras en nuestros platillos desde la infancia.

 

En dicho estudio no se observó ningún efecto protector contra la mortalidad en aquellos que consumían alimentos ricos en proteínas como carne, pescado, frijol o huevo. Lo que sí vieron es que la longevidad aumentaba si además de consumir frutas y verduras también hacían ejercicio físico de forma rutinaria.

Es sabido que una dieta rica en arroz aumenta el riesgo de diabetes pero no aumenta el riesgo de morir por enfermedad cardiovascular. Lo que sí es que una dieta baja en carbohidratos y alta en proteínas puede ayudar a bajar de peso, pero también aumenta el riesgo de mortalidad.

Ahora ya los sabes, tu mamá no se equivocaba al darte esas apetitosas verdolagas y espinacas. Debemos consumir alrededor de 5 porciones de frutas y verduras como mínimo durante el día. Cada porción son 80 gramos y es aproximadamente lo que cabría en tu mano. No es necesario que comas el brócoli crudo, siempre hay formas deliciosas de combinarlos en sopas o guisados, jugos o postres. También es bueno combinarlas y aprovechar lo que tengas de temporada a la mano.