La hipertensión es uno de los problemas de salud más comunes en el mundo. Solamente en nuestro país, se calcula que 30 millones de personas o más la padecen. De hecho, se estima que 7 de cada 10 personas mayores de 65 años desarrollará hipertensión.  La importancia de atenderla radica en que, la presión arterial elevada, puede causar daños a diversos órganos de nuestro cuerpo, aumenta considerablemente el riesgo de infarto al corazón y de accidente cerebrovascular, entre otras complicaciones que ponen en riesgo grave nuestra salud e incluso nuestra vida.

Entonces ¿Qué es la hipertensión y qué síntomas se presentan? ¿Cómo se diagnostica la hipertensión en un adulto mayor? ¿Cómo podemos prevenirla? ¿Cuál es el riesgo de no tratar la hipertensión?

Presenta el Dr. Juan Pablo Ledesma Heyer, Médico Internista y Geriatra. Para responder a estas preguntas nos acompaña la Dra. María Lourdes Ramírez Echeverría, Médico Geriatra, profesora de Geriatría con amplia experiencia en la práctica clínica y parte de la red “Envejezser”. Imagen tomada de piqsels

Índice

¿Qué es la hipertensión y qué síntomas se presentan?

La hipertensión se refiere a un aumento sostenido en la presión sanguínea sobre las paredes de nuestros vasos sanguíneos. En números, se considera que una presión sanguínea mayor a 140/90 mmHg (medida en repetidas ocasiones bajo ciertas condiciones) indica hipertensión. Las causas pueden ser diversas y puede ser una enfermedad silenciosa, no presentándose síntomas evidentes. De hecho, cuando ya se presentan síntomas suele ser porque hay alguna complicación en los órganos derivada de la hipertensión. De ahí la importancia del diagnóstico oportuno. No obstante, se pueden presentar los siguientes síntomas en algunas personas:

  • Dolor de cabeza
  • Zumbido de oídos
  • Dolor en el pecho
  • Mareos y visión borrosa
  • Náuseas

¿Cómo se diagnostica la hipertensión en un adulto mayor?

Antes de dar un diagnóstico definitivo de hipertensión, es importante hacer una valoración geriátrica integral. Se considera qué tan saludable está la persona, que tan autónomo es, su estado general de salud y la presencia de otras enfermedades. De lo anterior, va a depender qué mediciones de la presión arterial pueden indicar un problema de hipertensión. En general, como se mencionó arriba, si el paciente presenta una presión igual o mayor a 140/90 mm Hg medida en diferentes ocasiones (y bajo ciertas condiciones) se considera que tiene hipertensión, aunque algunos autores consideran la presencia de la hipertensión desde que se mide una presión de 130/80 mm Hg.

¿Cuáles son los factores de riesgo para desarrollar hipertensión?

Los factores de riesgo para desarrollar hipertensión incluyen:

  • La edad (a mayor edad, mayor el riesgo)
  • Antecedentes familiares
  • Sobrepeso y obesidad
  • Consumo alto de sodio y de carbohidratos
  • Sedentarismo
  • Estrés elevado
  • Privación de sueño
  • Consumo de tabaco y otras drogas
  • Uso de algunos medicamentos

¿Cómo podemos prevenir la hipertensión?

Estudios muestran que es importante empezar a tomar medidas desde antes de los 50 años para prevenir la hipertensión. En general, se recomienda llevar un estilo de vida saludable, es decir, hacer actividad física regular y llevar una dieta sana (evitando los alimentos ultraprocesados, el exceso de carbohidratos, sodio y de grasas trans). Manejar adecuadamente el estrés, dormir bien, así como mantener un peso corporal dentro de los límites normales, también es de bastante ayuda.

Si tenemos hipertensión o riesgo de hipertensión, es importante checar periódicamente nuestra presión sanguínea, no asumir que si no tenemos síntomas evidentes, entonces nuestra presión está normal.

¿Cómo se trata la hipertensión?

El tratamiento no farmacológico es de vital importancia, esto incluye el cambio de hábitos de actividad física y de alimentación, así como de sueño. Especialmente tratándose de adultos mayores, se recomienda que un nutriólogo clínico establezca cuál es la dieta más adecuada, ya que sus requerimientos de sal y otros nutrientes pueden ser distintos al de una persona más joven. Hacer ejercicio cardiovascular y de peso de manera regular también ayuda al control de la presión arterial.

En la cuestión farmacológica, el tratamiento dependerá de la edad del paciente y de las comorbilidades que pueda tener. Suelen recetarse los medicamentos llamados IECAS (inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina) como el captopril, enalapril, losartán, entre otros. Se usan también algunos medicamentos diuréticos, bloqueadores de los canales de calcio o los llamados betabloqueantes. El tratamiento es muy personalizado y debe cuidarse aún más tratándose de adultos mayores, para evitar descompensaciones físicas o polifarmacia.

¿Cuál es el riesgo de no tratar la hipertensión?

Se le suele llamar “el asesino silencioso”, ya que la hipertensión comienza a dañar poco a poco los órganos del cuerpo, pudiendo causar problemas al corazón, riñones, los ojos, el cerebro, extremidades, entre otros.

La hipertensión aumenta el riesgo de presentar demencia vascular, infarto al miocardio (al corazón), insuficiencia renal crónica, accidente cerebrovascular, entre otras complicaciones.

Conclusión

La hipertensión se refiere a un aumento sostenido de la presión sanguínea sobre nuestros vasos sanguíneos. Se trata de un problema de salud muy común en la población mayor, y las causas pueden ser diversas, incluyendo malos hábitos de vida, sobrepeso u obesidad, tener antecedentes familiares, consumo de ciertas sustancias, pasar por episodios frecuentes de estrés elevado, entre otras. Desafortunadamente, la hipertensión no siempre produce síntomas, por lo que muchas personas suelen tenerla por años hasta que el daño a algún órgano u órganos, o algo más grave, como tener un infarto o un accidente cerebrovascular, manifiestan su presencia. No obstante, con la ayuda de ciertos medicamentos, y sobre todo, llevando a cabo medidas no farmacológicas, se puede controlar con bastante éxito.

Lecturas recomendadas