La salud mental representa un rol importante dentro de la calidad de vida de las personas adultas mayores. Se sabe, que enfermedades como la depresión y la demencia afectan considerablemente las actividades básicas de la vida diaria cómo el aseo y la preparación de alimentos, las instrumentales que se caracterizan por hacerse responsable de su propio dinero y comunicación mediante dispositivos telefónicos; y finalmente, actividades que impidan reintegrarse a la sociedad a este grupo de edad. Sin embargo, la familia y/o cuidadores juegan un papel importante en dicho impacto, ya que son los que se encargan de facilitar las condiciones sociales y económicas idóneas, para hacer frente a esta problemática. Ante esta situación, es preciso mencionar la importancia de la atención neuropsicológica como estrategia de abordaje para mejorar la salud mental de las personas mayores, familiares y cuidadores involucrados en atender las necesidades de quién experimenta la enfermedad.

La valoración neuropsicológica es importante para determinar el estado cognitivo de un adulto mayor. Con pruebas sencillas se puede diagnosticar el tipo de afectación de la memoria o de alguna otra función mental.

¿Cómo funciona dicha atención? Es preciso considerar los siguientes puntos de referencia:

* El familiar deberá prestar atención a los olvidos constantes y quejas de memoria que pudiera estar presentando la persona mayor;

* Es de vital importancia, que no se asocien las quejas de memoria como el resultado del proceso de envejecer. Actuar a tiempo es prevenirse;

* Se deberá valorar la integración de un grupo experto de atención multidisciplinaria, conformado por neurólogo, neuropsicólogo, geriatra, gerontólogo y rehabilitador, que permita hacer la evaluación, el diagnóstico y el plan de atención individualizado que beneficie al paciente;

* El neuropsicólogo clínico deberá tener una formación sólida y adiestramiento en psicología clínica y gerontología; que le permita aplicar con ética y profesionalismo, las pruebas para evaluar las capacidades cognitivas y psicoafectivas de la persona adulta mayor;

* La atención y orientación a la familia, representa un papel importante dentro de la atención neuropsicológica. Por lo que el neuropsicólogo, deberá ofrecer la información clara y con veracidad acerca de la problemática, evitando con ello la manipulación de la información;

* La integración de núcleos gerontológicos de usuarios con depresión o demencia, es un factor que puede influenciar en mejorar sus relaciones afectivas, emocionales y sociales;

* Los familiares y/o cuidadores deberán recibir atención psicoterapéutica que permita reducir el desgaste emocional y frustración ante dicha problemática y con ello, afrontar de manera positiva la situación.

A manera de conclusión, la salud mental en las personas mayores es un tema que debe ser un eje prioritario al momento de diseñar políticas públicas sanitarias. El papel de la neuropsicología clínica en este ámbito, en conjunto con la gerontología y la investigación científica, permitirá seguir trabajando en el desarrollo de estrategias que permitan la atención eficaz de las personas mayores y que su salud mental y calidad de vida sea percibida como la mejor posible.