La pandemia actual por COVID ha supuesto un desafío enorme tanto para la población como para las autoridades sanitarias de todos los países del mundo.

No existe un manual que contenga las medidas precisas (y demostradas) que se deben tomar ante una situación como ésta, de ahí que cada país y autoridad sanitaria tome medidas, en su mayoría experimentales, para tratar de evitar un mayor número de contagios y de muertes.

Con el tiempo, y con los debidos experimentos, se ha logrado clarificar un poco más qué medidas sanitarias, suplementos alimenticios y medicamentos son realmente efectivos y cuáles no.

Entonces, ¿Tiene algún impacto nuestro estilo de vida y estado de salud en la evolución del COVID? ¿Sirve tomar vitaminas? ¿Es necesario el uso de cubrebocas, tapetes sanitizantes, toma de temperatura y otras medidas que se han tomado?

Índice

Presenta el Dr. Juan Pablo Ledesma Heyer, Médico Internista y Geriatra y la Lic. Elizabeth Noguez Morgan, comunicóloga y periodista. Para responder a estas preguntas nos acompaña el Dr. Jaime Arias, Médico Internista, Académico de la Universidad de Guadalajara, Consejero Emérito del Consejo Nacional de Medicina Interna y Jefe de Medicina Interna del Hospital General de Occidente.

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La importancia de nuestro estilo de vida

Nuestros hábitos, particularmente alimenticios, son una buena medida de protección ante posibles efectos graves al contraer el virus de COVID, y definitivamente algo que nos ha enseñado esta situación es que debemos cuidar más nuestra salud. Es así que el principal riesgo de desarrollar un COVID grave es tener sobrepeso u obesidad.

¿Sirve tomar vitaminas para tratar los síntomas del COVID?

Las vitaminas D, vitamina C, zinc y complejo B, que presuntamente se cree que ayudan a mejorar los síntomas del COVID, está demostrado que no tienen ningún impacto en la evolución de la enfermedad, salvo que el paciente tenga una deficiencia clara y en su caso, la toma de vitaminas no cambia significativamente el curso de la enfermedad.

¿Existen tratamientos farmacológicos para tratar el COVID?

Algunos fármacos como la hidroxicloroquina, la ivermectina, la azitromicina y el remdesivir comenzaron a utilizarse en diversos hospitales del mundo para tratar a pacientes con COVID. Actualmente está demostrado que la hidroxicloroquina no ayuda a curar el COVID y más bien aumenta la mortalidad en pacientes mayores con enfermedades cardiovasculares. El remdesivir es un antiviral que sí ha demostrado ayudar al tratamiento del COVID, siempre que sea dado en el momento adecuado (en los primeros 5 a 7 días) pero tampoco es eficaz en todos los pacientes. La ivermectina, según la evidencia, no ayuda al tratamiento del COVID, lo mismo con la azitromicina.
En este sentido, es necesario que se tomen en cuenta las fases de evolución de la enfermedad a la hora de prescribir algún tratamiento.

La primer fase es la replicación viral, luego la fase inflamatoria y después la de formación de coágulos.

Con respecto a los antiinflamatorios, como la dexametasona, debe administrarse en el momento adecuado, cuando baja la oxigenación de la sangre, y no antes, ya que sí ha demostrado reducir la mortalidad y la necesidad de intubación. En cuanto anticoagulantes (más no la aspirina), se deben también administrar, pero solo en pacientes que de verdad lo necesitan (hay marcadores de laboratorio para ello).

¿Sirve el uso del cubrebocas?

En el 99,9% de los casos está demostrado que el virus del COVID entra por vía nasofaríngea, por esta razón, el uso de cubrebocas sí ayuda a evitar contagios, por los pequeños microaerosoles que evita que inhalemos. De ahí la importancia del uso del cubrebocas, que seguro continuará durante todo el año 2021.

Aún si ya tuvimos COVID debemos seguir protegiéndonos y protegiendo a los demás. Además existe el riesgo de reinfección, aunque es menos probable contraer el virus por la formación de anticuerpos

Si vamos en el auto solos, no es necesario portar el cubrebocas, lo mismo si estamos en un lugar completamente solo o en nuestro hogar. En espacios abiertos, como parques, generalmente los aerosoles se dispersan rápido y es menos probable contagiarnos, sin embargo, hasta que no esté demostrado que no hay riesgo de contagio, es mejor seguir usando cubrebocas en espacios públicos.

La distancia física entre personas es otra medida de mayor importancia para evitar contagiarse

¿Qué hay de los tapetes sanitizantes y la desinfección de objetos o superficies?

La posibilidad de contagiarse por el contacto con superficies donde pueda estar el virus es muy baja, generalmente basta con lavarse las manos antes de llevarlas a la boca o nariz. Por lo tanto, las medidas como el uso de tapetes y desinfectantes como cloro y alcohol sobre superficies u objetos son prácticamente inútiles. Lo mismo con el cambio de zapatos o de ropa cuando llegamos a casa.

¿Sirve tomar la temperatura en la entrada de negocios u otros lugares?

Tampoco es efectivo tomar la temperatura corporal de la gente. En principio, porque cuando las personas tienen fiebre por lo general se sienten lo suficientemente mal para no salir, además existen medicamentos antipiréticos que pueden quitar la fiebre por lo cual, una persona sin fiebre no garantiza que no tenga el virus.

Lo ideal es no asistir a lugares cerrados con insuficiente ventilación, este es el lugar favorito de los virus. Tratándose de la apertura de bares, restaurantes, tiendas y otros espacios públicos, es indispensable que estén bien ventilados y que se ponga un límite de cupo para evitar la aglomeración.

¿Qué hay acerca de la distribución de las vacunas en México?

No existe una “receta” o protocolo preciso acerca de cómo manejar una pandemia. En nuestro país se decidió vacunar primero a las comunidades rurales en lugar de ciudades grandes, la razón de ello es que fueron en un principio pocas las vacunas con las que se contaban y si se vacunaba a las personas en la ciudad se estima que el impacto, dada la densidad de personas en las zonas metropolitanas, sería muy bajo, mientras que en áreas rurales, donde es posible vacunar a mayor parte de la población (por su baja densidad), sí tendría la vacunación un mayor impacto.

Finalmente, las diferentes estrategias que han optado los países incluyendo el nuestro, son de alguna manera experimentales, ya que ante una pandemia como ésta, no se sabe con certeza cuál es la mejor estrategia para evitar un mayor número de muertes y contagios.

Conclusión

Las medidas que sí están demostradas que ayudan a evitar contagios por COVID es el uso de cubrebocas y mantener la distancia entre personas. Con respecto a fármacos para tratarlo, únicamente se ha demostrado la efectividad del antiviral remdesivir y del uso de ciertos antiinflamatorios (como la dexametasona) y anticoagulantes, siempre y cuando se administren en el momento adecuado.

Las medidas como poner tapetes con sanitizante, el uso de desinfectantes para sanitizar objetos o alimentos, los cambios de ropa y la toma de temperatura, es poco probable que ayuden a evitar contagios ya que la vía de contagio es primordialmente nasofaríngea, cuando inhalamos pequeñas gotas exhaladas por personas contagiadas.

No olvidemos también que nuestro estado de salud, y por lo tanto nuestros hábitos de vida, juegan un papel importante en el curso de la enfermedad: una gran cantidad de casos graves por COVID se dan en personas que tienen diabetes, enfermedades cardiovasculares, sobrepeso u obesidad.

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