La vejez y ciertos padecimientos suelen suponer una disminución de las habilidades motrices y de los canales sensoriales (vista, olfato, oído), haciendo más complicado a los adultos mayores el que realicen sus actividades cotidianas, e incluso, que se desplacen dentro del hogar. Por lo anterior, y para promover que el adulto mayor continúe siendo lo más autónomo posible, se recomienda que se realicen ciertas adaptaciones al hogar que faciliten sus rutinas diarias. Algunos de estos cambios pueden ser sencillos, como redistribuir los muebles del hogar, y otros requieren de un poco más de esfuerzo e inversión económica, como colocar soportes o manijas en el baño para facilitar la ducha o el acceso al inodoro. Imagen tomada de betten

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Redistribución del hogar, piso e iluminación

Lo ideal es hacer lo más simple posible el traslado del adulto mayor dentro de la casa, para ello, se recomienda dejar suficiente espacio para su desplazamiento en todas las áreas del hogar, esto implica deshacerse de muebles, macetas o adornos que no sean indispensables, o en su defecto, cambiarlos de lugar. Quitar muebles inestables (sillas o sillones) que puedan provocar una caída o golpe y evitar o suavizar esquinas con las que el adulto mayor se pueda lastimar.

Se recomienda no tener tapetes sueltos ni pisos encerados o resbaladizos en ningún lugar de la casa. Si tenemos escaleras, es necesario colocar cinta antiderrapante en los escalones para evitar una caída. Cuidar también que no existan pisos sueltos en la casa o desniveles que provoquen un tropiezo. No está demás pintar escalones o desniveles necesarios con colores contrastantes para que sean más visibles.

En cuanto a la iluminación, lo ideal es que todos los espacios cuenten con debida iluminación, procurando que la intensidad sea uniforme en toda la casa (con la edad, es más difícil para los ojos adaptarse a los cambios de luz) y que no sea excesivamente brillante. Colocar los interruptores a la entrada de los cuartos, baño y de la casa para evitar que el adulto mayor “camine a oscuras” para encender la luz.

Adaptaciones en la cocina, el dormitorio y el baño

En la cocina, es recomendable tener un sistema de protección tanto para la estufa como para los anaqueles donde se guarden productos de limpieza o corrosivos. Si se tienen solventes o productos muy ácidos o alcalinos, como ácido muriático o sosa cáustica, con mayor razón, tenerles en un lugar seguro y debidamente etiquetados para evitar lesiones.

Si el adulto mayor aún cocina, procurar que la altura de los anaqueles o cajones sea adecuada, para evitar que tenga que agacharse mucho, o en caso contrario, estirarse para alcanzar un objeto o alimento.

En el comedor, lo mejor es tener sillas livianas, seguras y estables. Que tanto en la mesa como en las sillas, no haya bordes filosos  o puntiagudos, y que la mesa, además de ser estable, tenga una altura de entre 70 y 80 cm.

Se recomienda que el dormitorio esté en planta baja (en el caso de una casa con más de un piso) y que tenga o esté cerca de un baño. La cama debe tener una altura adecuada (de preferencia ser baja), ser cómoda, lo suficientemente espaciosa y de fácil entrada y salida. Es aconsejable tener un buró a un lado con una lámpara de fácil encendido, y si se cree necesario, un timbre para cualquier emergencia.

En el caso del baño, lo óptimo es que la taza del inodoro o escusado esté a una altura de 50 cm, con barras sujetadoras cercanas, sistema de mecanismo del tanque que sea clásico y fácil de utilizar (de palanca lateral, no de botón central). Tener una regadera tipo bidet ayuda para el aseo genital.

Se deben retirar todos los objetos que no se utilicen frecuentemente así como sustancias peligrosas (medicamentos viejos, lociones, navajas de afeitar). Retirar cables sueltos y muebles que ocupen espacio innecesariamente. Colocar piso o tapetes antideslizantes así como evitar el uso de cerraduras con seguridad controlada por el paciente, debido a que podrían quedar encerrados en el sanitario.

Si es posible procurar que la puerta del baño abra hacia afuera, mejor.

El elemento más peligroso de un cuarto de baño es la bañera o tina de baño

Miles de personas han resbalado al entrar o salir de la misma. Debemos quitar la bañera si representa un peligro para el adulto mayor. Lo ideal es que el acceso a la ducha esté al ras del suelo y que se coloquen manijas o barandales especiales para sujetarse, así como un asiento estable para que el adulto mayor pueda ducharse con mayor seguridad.

Uso de tecnología para facilitar los cuidados

Si es posible, la adquisición de tecnología y adaptaciones que facilitan los cuidados como el uso de grúas, camas especiales, alarmas y sensores de movimiento y GPS (como en el caso de un paciente con Alzheimer), entre otras, nos puede ayudar mucho cuando se trata de una persona con cierto grado de dependencia

No está demás el uso de computadoras y videocámaras para hacer llamadas por videoconferencia, incluidas las consultas con el médico (cuando es necesario), o simplemente para comunicarse con seres queridos que viven lejos. También hay disponibles (gratuitas o con costo) diversas aplicaciones móviles para cuidadores, algunas especiales para pacientes con enfermedades como Alzheimer u otro tipo de demencia.

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