Por Editor
El ayuno intermitente se refiere a una variedad de regímenes alimenticios en los que se alternan periodos de no-ayuno con periodos cortos o largos de ayuno total. Muchos estudios científicos han mostrado una gran cantidad de beneficios sobre la salud en personas que llevan a cabo ayuno intermitente, entre estos, el alargamiento de la esperanza de vida, la prevención de enfermedades crónicas incluyendo diferentes tipos de cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares y renales, así como la disminución del estrés oxidativo.
Las enfermedades neurodegenerativas, caracterizadas por una pérdida progresiva de neuronas, son más comunes en los adultos mayores, y si bien, no se sabe con exactitud que las causa, se cree que ocurren por una multitud de factores, entre los cuales está el estrés o daño oxidativo. El estrés oxidativo se produce cuando existe un desequilibrio entre los radicales libres que se forman en nuestras células y los antioxidantes disponibles para combatirlos.
La discapacidad cognitiva leve, es una etapa anterior a la demencia y suele ser reversible. Estudios muestran que la discapacidad cognitiva leve está asociada con alteraciones en el metabolismo cerebral de la glucosa, con la composición de la dieta y con el consumo de calorías. Por lo anterior, cada vez hay mayor interés en buscar alternativas viables y menos invasivas, como son los cambios en la dieta y en los regímenes de alimentación, para tratar y prevenir problemas neurodegenerativos en la tercera edad.
Un estudio llevado a cabo con 99 personas de Malasia, hombres y mujeres mayores de 60 años, con discapacidad cognitiva leve (sin enfermedades terminales), encontró que aquellos que realizaron ayuno intermitente de manera regular; los días lunes y jueves de cada semana (empezando desde que salía el sol hasta que se ponía el sol y sin tomar líquidos) mostraron una disminución de su peso, de su índice de masa corporal y de la circunferencia de su cintura (ver tabla 2), después de 36 meses de seguimiento. Mientras tanto, el grupo que no realizó ayuno intermitente mostró un aumento en todos estos parámetros.
Además, las personas que realizaron ayuno intermitente regular tuvieron mejoras en su presión sanguínea, menores niveles de insulina y un aumento en la enzima superóxido dismutasa en sangre, un antioxidante endógeno muy potente. Por si fuera poco, mostraron mejorías en diversas tareas para evaluar capacidades cognitivas, incluyendo orientación, memoria, cálculo, atención y lenguaje. Esto con respecto al grupo que no hizo ayuno intermitente y más aún, en comparación a sí mismos antes de los 36 meses de ayuno intermitente regular.
Este estudio, al igual que muchos otros, muestra cómo el ayuno intermitente podría ser una alternativa viable y relativamente sencilla para toda persona que desee tener una vejez de mejor calidad, y en general, una mejor salud, incluyendo mayor capacidad cognitiva y menor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas o neurodegenerativas.
Existen varios regímenes de ayuno (con más o menos horas o días de ayuno) muchas veces aunados a cambios en la dieta, como por ejemplo, con un aumento en el consumo de grasas saludables para evitar tener hambre durante los periodos de ayuno, por lo cual, es posible encontrar algún régimen que se adapte más a nuestras necesidades y estilo de vida.
«No obstante, es recomendable siempre consultar primero con un Especialista en Nutrición acerca del interés de realizar ayuno intermitente, y será éste quien deberá considerar primeramente nuestra condición de salud particular.»
Referencia
Choon Ooi T. et al (2020) Intermittent Fasting Enhanced the Cognitive Function in Older Adults with Mild Cognitive Impairment by Inducing Biochemical and Metabolic changes: A 3-Year Progressive Study. Nutrients. 12 (9): 2644