El paso de los años, las experiencias vividas y las memorias que se acumulan, van cambiando nuestra percepción del mundo, nos hacen más agradecidos y mejores apreciadores. Esto hace que los adultos mayores puedan aportar algo muy valioso a la familia y a la sociedad.

La convivencia intergeneracional es, sin lugar a dudas, de las más enriquecedoras en todos los aspectos, de ahí la importancia de procurarlas al máximo 

Entonces ¿Qué aporta un adulto mayor a la familia? ¿Por qué a medida que envejecemos somos más espirituales? ¿Qué es lo mejor que se le puede dejar a los nietos? ¿Qué pueden hacer los más jóvenes para acercarse a un adulto mayor?

Presenta el Dr. Juan Pablo Ledesma Heyer, Médico Internista y Geriatra. Para responder a estas preguntas nos acompaña Melis Vidrio, Lic. En Psicología, con Especialidad en Gerontología y Tanatología, además de Fundadora y Directora del Club Geriátrico Alamor en Guadalajara, Jalisco. Imagen tomada de pexels

Índice

¿Qué aporta un adulto mayor a la familia?

Las enseñanzas de un adulto mayor a partir de sus propias experiencias pueden ser enormes, siempre tienen algo que compartirnos, lo que les salió bien y lo que no, de sus relaciones personales,  así como del ámbito laboral y profesional. Además, el adulto mayor suele tener una espiritualidad más profunda, que nos puede ayudar a percibir el mundo desde otros ángulos.

¿Por qué a medida que envejecemos somos más espirituales?

Esta mayor espiritualidad que suele observarse en el adulto mayor, definitivamente se ve influenciada por todas sus experiencias de vida, buenas y malas. Esto incluye pérdidas, conflictos, haber transitado carencias económicas o enfermedades, entre otras. Así como cosas buenas: recibir ayuda de otros,  salir de un problema que parecía no tener solución, la importancia de tener fe en que todo encontrará su lugar otra vez. Recordemos que la espiritualidad nos ayuda mucho a abrirnos, a mostrar nuestras emociones, a confiar en que las cosas se van a solucionar y que sanaremos nuestras heridas emocionales. 

¿Qué es lo mejor que se le puede dejar a los nietos?

Definitivamente, una de las mejores cosas que se puede dar a los nietos es amor, palabras o muestras de cariño, de empatía. Los adultos mayores ya pasaron por todas esas etapas, saben que pasar malos ratos es normal, y que tarde o temprano saldremos de ellos. Saben además, que no viene mal un apapacho, la contención, unas palabras de aliento en los momentos difíciles.

¿Qué pueden hacer los más jóvenes para acercarse a un adulto mayor?

Aprovechar las situaciones de cercanía física con ellos. Cuando estén esperando en un lugar, como el aeropuerto, la terminal de autobuses, en un consultorio médico, o simplemente estén a unas cuadras de la casa de los abuelos, aprovechen para acercarse. No importa si se trata de desconocidos o personas no muy cercanas. Hagan preguntas, escúchenlos ¿Qué experiencias nos desean compartir? ¿Qué consejos nos pueden dar? ¿Cómo perciben tal o cual situación? ¿Qué es lo que más han disfrutado en su vida?

¿Cuándo la relación con nuestro adulto mayor fue difícil, se puede hacer algo al respecto?

Desde luego que sí, y esto va a depender de ambas partes. Como hijos, por ejemplo, podemos tratar de entender a nuestros padres o abuelos, por qué hicieron eso que nos lastimó, cómo les criaron a ellos, qué situación vivían en el momento en que se convirtieron en padres o abuelos. Podemos buscar el momento apropiado para compartirles algo que nos lastimó, así como disculparnos por algo que nosotros hicimos y que a ellos los hizo sentir mal, indicando que en ambos casos, lo más seguro es que NO se hizo con la intención de dañar, así como agradecer lo que nos dieron. Esto puede ayudar a que nuestro adulto mayor también se abra a compartir sus sentires, sus emociones, e incluso, a disculparse y a buscar una nueva manera de comunicarse con nosotros.  

Conclusión

La aportación de un adulto mayor a la familia es enorme. Muchos podemos coincidir en que la convivencia con nuestros abuelos y abuelas, fue o es, algo sumamente enriquecedor en nuestras vidas, que incluso, marcó de manera importante lo que somos ahora. Las experiencias vividas, las difíciles y las que fueron bellas, lo que se aprendió en el camino, y saber que muchas cosas encuentran al final solución. Este cúmulo de procesos vividos y aprendizajes con los que cuentan los adultos mayores, y que suelen hacerles más sabios y espirituales, hacen que la convivencia con ellos sea muy enriquecedora, nos abre los ojos a percibir y apreciar todo desde otros puntos de vista. Así que ¡no desaprovechemos esta valiosa oportunidad de la vida!

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Rocio Erandi Heyer Osorno- Licenciada En Biología por la Universidad de Guadalajara y Maestra en Ciencias de Comportamiento, con orientación en Neurociencias. Experiencia en trabajo técnico y de investigación en laboratorios de Neurociencia y Biología Molecular. Docente de Universidad. Coautora del libro “La huella del placer: De la regulación a la adicción”.