Los seres humanos, al igual que otros animales, tenemos un ciclo de sueño y vigilia que es de suma importancia mantener: durante el sueño se regeneran tejidos, se eliminan desechos celulares y se guarda energía para la actividad posterior durante el día. Estudios muestran que la falta de sueño o el sueño que no es reparador aumentan el riesgo de desarrollar problemas cardiovasculares y metabólicos, además de tener un impacto sobre nuestra salud emocional y cognitiva. Por lo anterior, es de suma importancia identificar los factores internos o externos que están afectando nuestro sueño y atenderlos tan pronto se pueda.

Entonces ¿Cuánto es el tiempo de sueño ideal? ¿Cuáles son las causas de mal dormir en un adulto mayor? ¿En qué momento se considera que la persona tiene un trastorno de sueño? ¿Qué se recomienda para dormir mejor?

Presenta el Dr. Juan Pablo Ledesma Heyer, Médico Internista y Geriatra y la Lic. En Gerontología Daniela Ramírez. Para responder a estas preguntas nos acompaña la Médico Psiquiatra, Marlene Ángeles, quien además tiene una especialidad en Psicogeriatría. Imagen tomada de pexels

Índice

¿Cuánto es el tiempo de sueño ideal?

Los expertos dicen que un tiempo de sueño normal y sano es de 7 a 8 horas. En adultos mayores puede ser distinto, pueden tener algunos despertares nocturnos, pero si se vuelven a dormir inmediatamente se considera normal.

¿Cuáles son las causas de dormir mal en un adulto mayor?

Pueden ser muchas las causas del insomnio y es muy importante identificarlas antes de plantear un tratamiento. Puede tratarse de la presencia de mucha luz durante la noche o de mucho ruido exterior. También hay medicamentos que pueden alterar el sueño, y que son comunes en adultos mayores, así como enfermedades o padecimientos que pueden afectarlo, como el dolor crónico o los problemas para respirar. Los trastornos emocionales, como la ansiedad y la depresión pueden afectar la calidad de sueño al igual que los malos hábitos de sueño, como es no irse a dormir a una hora regular, tomar siestas largas durante el día, o tomar mucha agua antes de dormir (que nos obliga a despertar para acudir al baño.)

El consumo de alcohol o tabaco también pueden causar insomnio en el adulto mayor.

¿La alimentación puede afectar el sueño?

Desde luego que sí. Hay alimentos o bebidas que pueden afectar el sueño o fragmentarlo. Por ejemplo, el consumo de productos con cafeína, como el chocolate, café o infusiones, pueden afectar el sueño si se toman en la tarde o en la noche.

¿En qué momento se considera que la persona tiene un trastorno de sueño?

Desde luego que podemos tener una mala noche una o dos veces al mes, por mucha preocupación o algún factor ambiental (por ejemplo, por ruido excesivo). Esto se considera normal. Lo que ya no es normal es cuando empieza a ser frecuente, que dos o más noches a la semana dormimos mal, y por consiguiente, estamos frecuentemente adormilados, cansados o irritables. En el adulto mayor además pasa que la falta de buen sueño aumenta el riesgo de caídas.

¿Cómo sabemos que nuestro sueño fue reparador?

Podemos dormir varias horas, pero no descansarlas bien. Asimismo, dormir más de 9 horas no se recomienda, ya que por el contrario, nos puede caer mal y hacernos sentir más cansados. No obstante, hay que considerar que genéticamente hay personas que necesitan más o menos horas de sueño, y eso también es normal. Lo importante, es despertar y sentirnos bien, descansados y enérgicos para empezar el día.  

¿En qué momento es necesario hacer exámenes médicos por un trastorno de sueño en el adulto mayor?

Se recomienda que en el adulto mayor se hagan exámenes generalizados desde un principio, estos pueden incluir una biometría hemática, electrolitos, química sanguínea, examen de orina, de glucosa, perfil tiroideo, entre otros. Si el paciente está bien en esos aspectos y sigue con alteraciones en el sueño, debe plantearse la presencia de otros problemas de salud, como demencias frontales, que en su caso, implicaría hacer exámenes de imagen del cerebro.

¿Qué se recomienda para dormir mejor?

Lo ideal es dormir en la noche (no durante el día), procurar dormir entre 7 y 8 horas, revisar que el cuarto esté muy oscuro, no ver pantallas entre una y dos horas antes de ir a la cama, evitar las comidas copiosas así como el consumo de bebidas con cafeína después de las 2 de la tarde.

Además, se recomienda usar la cama únicamente para dormir, no para trabajar ni para ver la televisión. Se debe procurar una rutina de sueño, durmiendo a la misma hora todos los días. Si de pronto una noche no dormimos bien, no se recomienda dormir durante el día sino aguantar hasta la siguiente noche, o en su defecto, tomar una siesta corta, no mayor a media hora.

Conclusión

El sueño es un proceso natural y vital para todos los mamíferos, incluidos los humanos, ya que durante éste las células y tejidos del cuerpo se regeneran, se eliminan desechos celulares y es de mayor importancia para mantener la correcta función cerebral. Tanto así, que la falta de sueño o el sueño deficiente (que no es reparador) además de afectar el estado de ánimo y la función cognitiva, aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y metabólicas, entre otros problemas de salud. En la mayoría de los casos, los problemas de sueño se resuelven corrigiendo los hábitos de sueño (como la hora de dormir, los alimentos que se consumen antes de dormir, entre otros), sin embargo, en el adulto mayor es particularmente importante descartar alguna alteración fisiológica incluyendo problemas en la función cerebral.

«Recordemos que los trastornos de sueño NO SON NORMALES en el adulto mayor, y que deben atenderse tan pronto sea posible, ya que aumentan el riesgo de caídas y de otros problemas de salud.»

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