Uno de los síndromes geriátricos más comunes es el déficit auditivo, es decir, la disminución o pérdida de la capacidad de oír. De hecho, un 80% de las personas mayores de 75 años tienen cierto grado de pérdida auditiva. Aunque en un inicio puede parecer un problema simple, es muy importante atenderse oportunamente, ya que la pérdida de la audición puede traer una cascada de consecuencias negativas en la vida del adulto mayor como son el déficit cognitivo, el aislamiento social e incluso puede llevar a la depresión.

Entonces ¿Qué factores afectan la capacidad de oír? ¿Cómo podemos notar un déficit auditivo en un adulto mayor? ¿Qué podemos hacer para valorar y tratar el déficit auditivo?

Presenta el Dr. Juan Pablo Ledesma Heyer, Médico Internista y Geriatra. Para responder a estas preguntas nos acompaña la Dra. Griselda Fernández Hernández, Médico Especialista en Comunicación, Audiología, Otoneurología y Foniatría. Imagen tomada de piqsels

Índice

¿Qué factores afectan la capacidad de oír?

La exposición a ruido laboral (herreros, carpinteros, trabajadores de industrias, etc.) o recreativa (por ejemplo, escuchar música muy alta) son de los principales factores que afectan la audición, pero también las enfermedades crónicas degenerativas como la hipertensión, la diabetes tipo II y enfermedades de vías respiratorias, así como problemas de ventilación en el oído y los problemas de tiroides. Además, el uso de algunos antibióticos como la gentamicina y el tabaquismo pueden mermar la capacidad de oír.

¿Cómo podemos notar un déficit auditivo en el adulto mayor?

Es común que las personas lleven al adulto mayor a una revisión cuando notan que ya no pone atención, o cambia palabras, piden que se les repita lo que se les dijo, o contestan cosas no relacionadas a lo que se les pregunta. También sucede que empiezan a subir más el volumen de la televisión o que les molesta algunos ruidos ambientales que anteriormente no eran problema. Es común que los pacientes refieran que “oyen pero no entienden”. Generalmente los primeros sonidos que empiezan a perderse son las frecuencias agudas (como voces de niños o mujeres).

¿Qué se puede hacer para valorar y tratar el déficit auditivo?

Es importante resaltar, que aunque es común que los adultos mayores pierdan hasta cierto punto la capacidad de oír, deben tratarse con un especialista. Éste hará los exámenes necesarios para valorar qué grado y tipo de pérdida auditiva tiene la persona.

Por lo general, lo primero que hará el profesional es una historia clínica dirigida a la hipoacusia, para valorar si es uno o los dos oídos que están afectados, cómo apareció el problema (repentino o lentamente), si hay síntomas acompañantes como el zumbido, si hay dolor o molestia ante ciertos sonidos, si hay síntomas vestibulares como mareo y desequilibrio, entre otros datos.

Posteriormente se pasa a la exploración de oídos y garganta y se aplica el examen de impedanciometría para medir la movilidad del tímpano y la presión en el oído. Después se hace una audiometría tonal, en la cual el paciente ingresa a una cabina en la cual se le colocan unos audífonos para que escuche diferentes tonalidades y determinar así su umbral (el mínimo volumen que puede escuchar la persona). A continuación, se realiza un estudio llamado logoaudiometría, para ver que tanto discrimina palabras el paciente y determinar qué porcentaje de lenguaje hablado entiende la persona. Otro estudio que se suele hacer es el de umbrales de disconfort, en el cual, se estima cual es el mayor volumen posible que puede escuchar el paciente sin tener molestias.

Una vez que se llevaron a cabo las evaluaciones y exámenes correspondientes, el médico especialista en audición podrá definir el tratamiento más adecuado según el diagnóstico: en ocasiones la pérdida auditiva se debe a un simple tapón de cera (que puede ser removido con relativa facilidad), aunque puede también ser necesaria una cirugía o el uso de auxiliares auditivos.

¿Se pueden prevenir los problemas auditivos en la vejez?

Si es posible. Por ejemplo, si padecemos diabetes, es importante que la llevemos bien controlada, lo mismo si tenemos cualquier otra enfermedad crónica. En caso de que laboremos en un lugar donde exista mucho ruido, se pueden utilizar protectores auditivos, y en general, se recomienda evitar la exposición a ruidos fuertes o estridentes.

¿Cuál es el pronóstico que tienen los pacientes con problemas de audición?

Cuando la causa del déficit no es reversible (como cuando se trata de un tapón de cera), se puede hacer mucho en el ámbito de la rehabilitación, por ejemplo, mediante el uso de auxiliares auditivos o está también la rehabilitación vestibular en personas que padecen mareo o vértigo.

Conclusión

Uno de los problemas de salud más comunes durante la tercera edad es la pérdida de la capacidad de oír, o déficit auditivo. Además de la edad, otros factores de riesgo para desarrollar déficit auditivo son la presencia de enfermedades crónicas no controladas, el uso de algunos medicamentos y la exposición (sobre todo cuando es constante) a ruido intenso o estridente, ya sea por cuestiones laborales o recreativas.

Es importante saber que si bien, en muchos casos, el déficit auditivo es irreversible, existen opciones para tratarlo y que pueden hacer una diferencia considerable en la calidad de vida de la persona. El Médico Especialista en Audiología es el profesional más apto para realizar una valoración integral y un diagnóstico acertado acerca de las causas, grado y tipo de pérdida auditiva que sufre una persona.

«No olvidemos que el déficit auditivo, aunque no sea pronunciado, puede hacer que el adulto mayor se aísle socialmente, que sufra pérdida de sus capacidades cognitivas o que padezca de trastornos emocionales y demás problemas de la vida cotidiana»

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