Antes que nada…

«El envejecimiento constituye un proceso natural y universal que forma parte del ciclo de la vida»

La incapacidad del cuerpo de regenerarse por completo a lo largo del tiempo hace que se vayan sumando pequeños sucesos que van deteriorando al organismo, esto da lugar a una variedad de cambios en todos los sistemas del cuerpo. No obstante, es importante saber detectar (y para esto el médico geriatra es el especialista) hasta qué punto estos cambios son normales por el envejecimiento, y en qué punto indican un problema de salud que debe atenderse para evitar complicaciones.

Entonces ¿En qué momento comenzamos a envejecer? ¿Qué cambios se observan en el sistema nervioso? ¿Cómo se ve afectado el corazón por el envejecimiento? ¿Qué le ocurre al sistema digestivo y excretor? ¿Qué pasa con respecto al sistema músculo esquelético?

Presenta el Dr. Juan Pablo Ledesma Heyer, Médico Internista y Geriatra. Para responder a estas preguntas nos acompaña la Dra. María José Padilla, Médico Geriatra, con amplia experiencia en atención a adultos mayores. Imagen tomada de ipc

Índice

¿En qué momento comenzamos a envejecer?

El proceso de envejecimiento comienza en realidad, desde el momento en que somos concebidos, ya que a partir de ese instante se inician una serie de cambios constantes en el organismo a nivel celular y fisiológico, que cesan hasta el momento en que morimos. No obstante, se considera que alrededor de los 30 años en promedio “se envejece más rápido” ya que ocurren alteraciones más marcadas en cuanto a la eficiencia de varios órganos y sistemas, así como en la capacidad de regeneración de las células.

¿Qué cambios se observan en el sistema nervioso?

Los estudios de imagen muestran reducciones en el tamaño del cerebro cuando se compara el de una persona joven con el de un adulto mayor, esto  no significa necesariamente que los procesos cognitivos (planeación, aprendizaje, atención, memoria, entre otros) se vean disminuidos significativamente, ya que el cerebro tiene muchas estrategias de compensación.

A nivel celular, se observa que las neuronas se vuelven más rígidas con la edad, se va perdiendo el revestimiento de mielina que agiliza la transmisión de los impulsos nerviosos, se disminuye también la capacidad de regeneración de otras estructuras que lo conforman; los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos, entre otros fenómenos que por lo general hacen que la respuesta de un adulto mayor sea más lenta, y que la capacidad de adaptarse a cambios en el ambiente se vea reducida. También pasa que la transmisión de impulsos desde el cerebro hacia el sistema nervioso periférico se vuelve más lenta afectando la rapidez de las respuestas motoras (de movimiento) y sensoriales (de percepción de estímulos).

¿Cómo se ve afectado el corazón por el envejecimiento?

Este órgano tan importante también sufre cambios con la edad: las paredes del corazón y las válvulas (que regulan el flujo de la sangre de una cámara a otra) se vuelven más rígidas, al igual que los vasos sanguíneos que transportan la sangre hacia y desde el corazón. Las células que conforman el marcapasos del corazón también sufren cambios que pueden derivar en alteraciones de la frecuencia cardiaca.

¿Cómo cambia el sistema respiratorio con la edad?

Conforme se envejece ocurren alteraciones en la arquitectura de la columna vertebral que dan lugar a una reducción en la capacidad de expansión de los pulmones dentro de la caja torácica. También ocurre que la movilización de las secreciones que se producen de manera natural por el sistema respiratorio se ve enlentecida, de manera particular, en personas mayores que pasan mucho tiempo en cama, lo que da lugar a la acumulación de estas secreciones poniéndole en mayor riesgo de desarrollar una infección u otros problemas respiratorios.

¿Qué le ocurre al sistema digestivo y excretor?

Uno de los cambios que ocurren con el envejecimiento se da en la boca: hay una menor producción de saliva que puede afectar la masticación y la deglución. En este punto, vale la pena recalcar que la pérdida de piezas dentales “no es normal del envejecimiento”, ésta más bien se debe a la falta de cuidados bucales o aspectos nutricionales. El hígado por su parte, va perdiendo la capacidad de metabolizar fármacos, de ahí la importancia de vigilar con cuidado los medicamentos que se prescriben a un adulto mayor. El tránsito intestinal también se enlentece, aún más si la persona realiza poca actividad física, y las vellosidades del intestino delgado se aplanan, lo que hace menos eficiente la absorción de los nutrientes.

La función renal también va disminuyendo, no obstante, de manera natural los riñones pueden trabajar bastante bien hasta el final de nuestra vida, si no hay patologías presentes o previas, ni carga extra (por el uso excesivo de medicamentos, consumo de algunas sustancias o alimentos).

¿Qué pasa con respecto al sistema músculo esquelético?

A nivel del aparato músculo esquelético, ocurren muchos cambios: las fibras musculares disminuyen su tamaño, los huesos pierden algo de fuerza, las articulaciones pierden flexibilidad y se presenta una disminución de la talla o estatura debido a un acortamiento del tronco y la columna vertebral, entre otros cambios.

No obstante, la cultura de falta de actividad física y alimentación adecuada, predispone al adulto mayor a desarrollar patologías como sarcopenia u osteoporosis y a mayor riesgo de caídas y alteraciones de la marcha. En este punto vale la pena remarcar que, si bien se esperan ciertos cambios en la capacidad física y de la marcha en el adulto mayor (existen estándares para esto) los problemas antes mencionados “no son normales en la vejez” e indican la presencia de un problema de salud que debe atenderse para no dar pie a complicaciones futuras.

Conclusión

El envejecimiento es un proceso natural y universal que implica una serie de cambios a nivel celular, fisiológico y anatómico, y en el cual se van acumulando daños a nivel molecular y de las células que resultan en un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales (sobre todo a partir de los 30 años), a un mayor riesgo de enfermedad y de muerte. La importancia de conocer cómo cambian los diferentes sistemas del cuerpo con el envejecimiento radica en que podamos detectar y tratar a tiempo diferentes afectaciones que podrían no deberse precisamente a la edad, sino a la presencia de una enfermedad. Además, sin importar la edad, siempre es posible hacer algo para recuperar, al menos hasta cierto punto, la salud o funciones de nuestro organismo:

«El cuerpo conserva hasta la muerte (aunque disminuya con el tiempo) la capacidad de regenerarse y de compensar diferentes alteraciones que le ocurren»

Lecturas recomendadas