El Alzheimer es la causa más común de demencia, se trata de una enfermedad de carácter progresiva que afecta el cerebro y que se caracteriza por la pérdida de memoria, alteraciones del lenguaje, dificultades para orientarse en el tiempo y el espacio, entre otros problemas cognitivos. Con el tiempo, la persona con Alzheimer se vuelve cada vez menos autónoma, por lo cual es necesaria la ayuda de un cuidador, ya sea formal (pagado) o informal (no remunerado), donde el cuidador o cuidadores suelen ser los hijos, hijas, sobrinos, nietos o el mismo cónyuge.  Sin embargo,

«la labor de cuidador puede ser muy demandante y cansada, y resultar en un cuidador agotado, de mal humor, aislado e incluso enfermo»

Entonces ¿Cómo debe prepararse una persona cuando un familiar cercano recibe un diagnóstico de Alzheimer? ¿Quién es la persona indicada para cuidar a una persona con Alzheimer? ¿Qué pasa cuando un cuidador no puede más, y qué se puede hacer al respecto?

Presenta el Dr. Juan Pablo Ledesma Heyer, Médico Internista y Geriatra. Para responder a estas preguntas nos acompaña la Médica Geriatra Marisa Covarrubias, quien además cuenta con una Maestría en Cuidados Asistenciales y tiene amplia experiencia atendiendo a adultos mayores y a sus familias. Imagen tomada de piqsels

Índice

¿Cómo debe prepararse una persona cuando un familiar cercano recibe un diagnóstico de Alzheimer?

Lo primero es informarse acerca de la enfermedad, hay páginas de internet bien documentadas y asociaciones que cuentan con amplia información acerca de este tipo de demencia. Adicionalmente, de acuerdo al avance que tiene la enfermedad (según el diagnóstico médico) es bueno tener un pronóstico, para saber qué va a necesitar la familia o cuidadores para adaptarse a esta nueva situación, por ejemplo, que cambios hay que hacer en la casa o con respecto al tipo de cuidados.

Es de suma importancia buscar una red de apoyo, con amigos, asociaciones, con la familia, vecinos, entre otros, que nos puedan brindar ayuda en todo momento que se necesite, se trate del paciente con Alzheimer o del mismo cuidador.

¿Quién es la persona indicada para cuidar a una persona con Alzheimer?

En México generalmente suele designarse al hijo o hija soltera de la familia para hacerse cargo del padre o madre que padece demencia, siendo en la mayoría de los casos, las mujeres quienes se hacen responsables. Sin embargo, muchas veces ni siquiera se les pregunta si lo quieren hacer y termina siendo cuidador una persona que quizás no estaba preparada para dicha labor, o a la cual se le entrega toda la carga de cuidados.

En la elección del cuidador, lo importante es que no sea una imposición, que ya sea por decisión o por acuerdo mutuo, se establezca quién o quiénes pueden hacerse cargo del adulto mayor. Lo ideal es que todos los hijos participen en el cuidado, ya que el trabajo de un cuidador es muy demandante física y mentalmente, o que en su defecto, aquel que no puede estar presente apoye económicamente a los que sí pueden, o para la contratación de un cuidador formal.

¿Qué actividades desarrolla un cuidador?

El cuidador, según sea el caso, puede realizar las actividades de aseo, vestir, dar de comer, entretener, escuchar, resolver los problemas, dar sus medicamentos e incluso cuidar el sueño de la persona a la que cuida. 

Lo primero que se recomienda al cuidador es que procure una rutina diaria para el paciente y para sí mismo. No tiene por qué ser demasiado estricta, pero sí tratar de levantarse más o menos a una hora, comer y hacer actividad física a una hora regular. Esto favorece mucho al adulto mayor: saber qué sigue en su día les ayuda a estar tranquilos y además favorece el hábito de sueño, visita al baño y alimentación de ambos. Se debe tratar también que tanto el paciente como el cuidador estén en un ambiente tranquilo, ordenado y pacífico.

En caso de que el paciente esté en diferentes hogares por ciertos periodos de tiempo, por ejemplo, que se quede un mes en casa de uno de sus hijos, y el siguiente con otro de ellos, se recomienda que se mantengan los horarios y rutinas establecidas, y que la persona lleve consigo objetos de valor sentimental o que utiliza mucho, por ejemplo, una cobija o un álbum de fotos, siempre al alcance para que le hagan sentir seguro y en casa.

¿Qué pasa cuando un cuidador no puede más y qué se puede hacer al respecto?

Un cuidador sobrepasado puede presentar agotamiento físico y emocional. Puede sufrir de dolores de cabeza, cuello u otras partes del cuerpo (sin ninguna enfermedad aparente) así como de aislamiento social, mal humor, depresión, problemas para dormir, ansiedad y cansancio. Puede incluso llegar a enfermarse y en casos extremos, a morir antes que el paciente mayor.

En estos casos, un geriatra lo primero que hace es hacerle ver al cuidador que está sobrecargado, y debe entonces proporcionarle herramientas para que busque una red de apoyo y ayuda psicológica. Lo importante es que no sienta que es la única persona que puede hacerse cargo del adulto mayor y que esté consciente y exija que se vea también por su bienestar.

Conclusión

En etapas avanzadas, un paciente con demencia por Alzheimer puede llegar a requerir asistencia para muchas, e incluso todas sus actividades diarias. Lo ideal en estos casos, es que se llegue a un acuerdo en la familia (sin imposiciones) para la designación del cuidador o cuidadores del paciente (sean formales o informales), y que además de centrarse en la atención al paciente, se considere, en la misma medida, las necesidades físicas y emocionales del que le cuida. Así,

«la labor de un geriatra no es solamente atender al adulto mayor, sino también al cuidador, y es parte de su quehacer profesional darle herramientas para no saturarse ni afectarse en ningún aspecto»

No está demás considerar otras opciones para el cuidado del paciente con Alzheimer; hay espacios para atender a personas mayores, con atención personalizada para casos de demencia o alguna otra enfermedad, llamados “Centros de Día”, donde la persona asiste diariamente para realizar diferentes actividades recreativas y recibir atención profesional.

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