La terapia intensiva es una zona exclusiva de hospitales en la cual se remite a pacientes que tienen un riesgo grave a corto plazo, ya sea de muerte o de daño en algún órgano. Esta área de atención requiere de personal calificado que tenga conocimiento en medicina crítica, incluyendo personal de enfermería y médicos. Si bien, la terapia intensiva es de vital importancia en su momento, se sabe que pasar por este tipo de evento es un reconocido riesgo para la pérdida de la independencia funcional del paciente (sobre todo en adultos mayores), puesto que muchas funciones motoras y no motoras se pueden ver afectadas, ya sea por las secuelas que pudo dejar la causa de la hospitalización, así como por la misma hospitalización.

Entonces ¿Cuáles son los casos más comunes de traslado a terapia intensiva? ¿Qué se hace en las clínicas de rehabilitación de pacientes post terapia intensiva? ¿Cuál es la importancia de recibir rehabilitación durante o después de haber ingresado en terapia intensiva?

Presenta el Dr. Juan Pablo Ledesma Heyer, Médico Internista y Geriatra. Para responder a estas preguntas nos acompaña la Dra. Adriana Denise Zepeda Mendoza y el Dr. Pavel Aguilera González, ambos Médicos Internistas con Subespecialidad en Medicina Crítica y Colaboradores del proyecto  “Medicritic”, un centro de rehabilitación para pacientes recién salidos de la Unidad de Cuidados Intensivos. Imagen tomada de piqsels

Índice

¿Cuáles son los casos más comunes de traslado a terapia intensiva?

Los casos más comunes suelen tratarse de pacientes con problemas respiratorios graves que requieren de la asistencia de dispositivos especiales (y que no pueden atenderse en casa), personas con traumatismos craneoencefálicos severos que afectan su estado de alerta u otras funciones, pacientes con infarto agudo al miocardio, con neurocirugía o con infecciones graves, entre otras.

¿Cómo puede humanizarse un espacio de terapia intensiva?

Es común que se asuma que tener a una persona en terapia intensiva significa que sus familiares ya no tendrán voz ni voto sobre el paciente, y que se ingresa a  la persona a un lugar solitario y adverso. Esto suele ser razón suficiente para que las personas cercanas al paciente traten de evitar que el paciente ingrese a terapia intensiva, aún si es necesario para su supervivencia o recuperación. Es aquí donde reside la importancia de que el personal médico que atiende a nuestro ser querido haga el esfuerzo de comunicarse lo mejor posible con la familia, que les explique con calma las razones del ingreso y que tome en cuenta sus sentimientos y preocupaciones.

¿Qué se hace en las clínicas de rehabilitación de pacientes post terapia intensiva?

Generalmente se tiene a un grupo multidisciplinario conformado por médicos intensivistas pero también rehabilitadores de diferentes tipos (para pulmón, deglución, movimiento, entre otras), nutriólogos, psicólogos e incluso neuropsicólogos para abordar problemas cognitivos que pudieran surgir por haber pasado por terapia intensiva.

¿Cuánto tiempo tarda una persona en recuperarse de la terapia intensiva?

El tiempo puede variar mucho según cada caso. En un inicio, se debe realizar una valoración integral para determinar un plan de rehabilitación individualizado que tome en cuenta el tiempo de hospitalización, las secuelas que esto pueda haber dejado (además de la causa por la cual la persona fue a terapia intensiva), cuánta fuerza muscular tiene y que otras áreas pueden estar afectadas. Conforme reciba rehabilitación, se realiza una evaluación mensual para ver el avance del paciente y replantear nuevas estrategias o puntos de atención si se cree necesario.

El objetivo final es que el paciente pueda reincorporarse a todas sus actividades laborales (si aún las tiene), sociales y recreativas que tenía antes de estar en terapia intensiva.

¿Cuál es la importancia de recibir rehabilitación durante o después de haber ingresado en terapia intensiva?

La rehabilitación durante o después de la terapia intensiva ha mostrado favorecer la autonomía y funcionalidad de la persona después de este evento, facilita su reintegración a sus actividades normales, reduce la carga de trabajo a los cuidadores y evita que aparezcan otras complicaciones de salud a corto o largo plazo que pueden mermar la calidad de vida del paciente. Incluso, la rehabilitación durante o posterior a la terapia intensiva ha mostrado reducir la institucionalización (el ingreso de la persona mayor a una residencia geriátrica) y la mortalidad.

¿Qué pueden hacer los familiares cuando tienen a alguien en terapia intensiva?

Es muy importante que se mantenga una buena comunicación entre terapeutas y médicos con los familiares del paciente en terapia intensiva, y que en caso de recibir rehabilitación, se abra un espacio para que los familiares apoyen en la realización de los ejercicios indicados y conozcan sus beneficios, que no tengan temor a preguntar y tengan un rol participativo. Por lo anterior, es muy importante que el lugar o terapeutas elegidos para llevar a cabo la rehabilitación tengan la filosofía de la atención centrada en la persona, esto implica tomar en cuenta cómo se siente el paciente, sus necesidades y las de su familia.

Los familiares también pueden apoyar adaptando la casa a las necesidades del adulto mayor para facilitar que pueda seguir moviéndose con la mayor libertad en un entorno más seguro. Esto puede incluir el colocar barras de apoyo, mejorar la iluminación de la casa o simplemente mover muebles para dejar espacios libres para el tránsito, entre otras cosas.

Conclusión

El ingreso a terapia intensiva en un hospital puede ser completamente necesario en un momento dado para salvar la vida de una persona o la integridad de sus órganos. Al mismo tiempo, la hospitalización es en sí misma un reconocido riesgo de pérdida de la capacidad funcional del paciente adulto mayor. No es raro que un adulto mayor se encuentre notablemente deteriorado y que precise de mayores cuidados externos después del ingreso a terapia intensiva, aún a largo plazo. Afortunadamente esto puede evitarse con la intervención oportuna de especialistas en rehabilitación de varias funciones (motoras, de respiración, deglución e incluso de habilidades cognitivas). En este punto, es relevante mencionar que lo ideal es que la familia o cuidadores se involucren en la recuperación de funciones del paciente, que conozcan sus beneficios y procuren participar en los ejercicios indicados (cuando es posible).

La rehabilitación de funciones durante o después de la terapia intensiva ha mostrado reducir las complicaciones de salud posteriores, facilitar la reincorporación de la persona a sus actividades cotidianas, disminuir la incidencia de caídas, reducir la carga a los cuidadores e incluso disminuir el riesgo de institucionalización y de muerte. 

Lecturas recomendadas